Se multiplican los problemas en el transporte terrestre en Galicia

La caída del viaducto de O Castro, entre León y Galicia está provocando problemas de cara a la viabilidad del transporte terrestre con origen y destino en Galicia por la campaña invernal que se avecina. De hecho, el delegado de gobierno ha puesto sobre la mesa un plan alternativo que incluye un desvío hacia O Barco y Monforte que no ha gustado en absoluto a los transportistas, ya que ven cómo el trayecto se hará más largo en tiempo y más costoso.

Ante la polémica, el delegado ha aclarado en los últimos días que se trata de una medida voluntaria. De hecho, ha incidido en que no será obligatorio, sino que los propios transportistas podrán elegir si continuar por Piedrafita, o si desviarse para evitar embolsamientos.

Nadie está contento con la solución en la frontera de Galicia para el transporte terrestre

El plan, diseñado para la temporada de invierno que propone el desvío de los transportistas por la entrada de O Barco y Monforte pese a que resulta voluntario, supone también la condición de ser el más recomendable si las condiciones meteorológicas cambian y obligasen a cerrar dicha carretera. Y, en la práctica, esto supondría casi una obligación en lugar de una voluntariedad.

Actualmente, el tránsito que utiliza el rotador solo permanece abierto para vehículos ligeros, lo cual supone que el transporte de mercancías debe utilizar el paso por Pedrafita do Cebreiro, en Lugo, tanto en sentido Galicia como en sentido Madrid o Castilla y León. Precisamente esa comunidad, la de Castilla y León ha manifestado su descontento, de manera particular con la falta de concreción sobre la reconstrucción del viaducto de la A-6 y los plazos del mismo.

Quejas también por el disparado coste de la AP-9, que se incrementá un 10% en 2023.

Por si todo ello fuera poco, los transportistas con ruta de origen o llegada a Galicia se han enterado de los incrementos que se aplicarán a la principal arteria que conecta de norte a sur la Comunidad Autónoma. La AP-9, que une Ferrol con Vigo -e incluso permite alcanzar Portugal favoreciendo el comercio exterior con el país luso-, verá incrementadas sus tarifas un 10% en cuanto suenen las campanadas de fin de año.

La exagerada subida supondrá que los transportistas tengan que destinar aún más dinero a los costes fijos, dado que la mayoría de los trayectos por vías alternativas resultarían aún menos rentables en cuestión de tiempos. En resumen, no parece que haya demasiada tregua para el sector, que en este caso no solo tiene que lidiar con las subidas del combustible que afectan a todos por igual, sino también con problemas de conexiones por infraestructuras que ahora no funcionan, y por sobrecostes en vías de pago sin alternativa viable gratuita.

 

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