Lo que os contábamos hace unos días de abrir los puertos de Los Ángeles y Long Beach las 24 horas al día, los 7 días de la semana no ha sido suficiente para frenar el problema que existe en el transporte en Estados Unidos. De hecho, el 35% de la actividad de contenedores dependen del puerto de California y de Long Beach, y la media ha sido discutida entre autoridades federales y nacionales. Los camiones no tendrán limitación a la carga terrestre.
Colapso en el transporte marítimo y escasez de camioneros tras el levantamiento a la limitación de carga terrestre
Si bien la crisis de los transportes es internacional, algunas cuestiones están relacionadas con las propias políticas de cada país. Como es el caso de Reino Unido, del que hemos hablado hoy mismo en el blog. En EE.UU, las razones son otras, aunque la falta de profesionales del transporte terrestre es también una de las que se encuentran tras la decisión que se espera reduzca el colapso y consiga mover parte de los miles de contenedores que están literalmente atascados en los puertos.
Sin limitación de carga terrestre: Una medida desesperada para una situación desesperada
La orden ejecutiva, que tiene vigencia inmediata, supone que la situación era ya insostenible. Las cifras son abrumadoras. Solo en estos dos puertos había 64 buques de carga anclados frente a los muelles el miércoles pasado. Eso significa que solamente en el de California, estaban varados 200.000 contenedores.
El plan implica que los camiones puedan sobrepasar sus limitaciones de peso -al menos de forma temporal- para dar salida a toda esa mercancía y que los puertos consigan recuperar la normalidad tras acelerar su funcionamiento 24 horas al día.
Al mismo tiempo, se están buscando infraestructuras temporales, tanto a nivel público como privado para conseguir almacenar en las mismas muchos de los contenedores que requieren de una situación intermedia antes de llegar a su destino final. Todo ello con la finalidad de que cierta normalidad llegue a los puertos y que en el mercado no se siga incrementando el desabastecimiento que ya se empezaba a notar. Más aún cuando fechas tan relevantes para la economía como el Black Friday y las Navidades están al caer.