El futuro carnet de conducir B+ no convence al transporte por carretera

Si bien es todavía una cuestión que está siendo debatida, el carnet de conducir B+ está desatando las críticas de todas las asociaciones, así como de otros operadores relacionados con el sector. De hecho, tanto IRU como FIA Región I y ACEA se han opuesto frontalmente a la división en dos de lo que actualmente conforma la categoría del permiso de conducción B.

¿Qué es el futuro carnet de conducir B+?

La propuesta está recogida en una Directiva Europea, que actualmente se encuentra en revisión. En realidad, lo que recoge dicha norma es una división de los permisos de conducir en la Unión Europea, concretamente al nivel del carnet B.

De esa manera, ese nuevo carnet de conducir B+ requeriría de exámenes adicionales con respecto al B actual, y estaría restringiendo la actual cobertura que permite la licencia B.

Se quedaría un carnet B para vehículos de hasta 1,8 toneladas. Se requeriría el nuevo carnet B+ a aquellas personas que pretendan conducir vehículos que pesen entre 1,8 toneladas y 3,5 toneladas. Es decir, aquellos que tienen hoy el permiso B deben obtener esa nueva licencia para conducir furgonetas o pequeños camiones que actualmente se incluyen en el B.

¿Por qué hay tanta oposición al nuevo carnet de conducir B+?

De entrar en vigor tal y como está redactada, la nueva norma supondría introducir cambios que afectan a los particulares y a los profesionales. Eso supone una serie de gastos extras, no solo por los cursos, exámenes y tasas, sino también, en el ámbito profesional, por los tiempos que requerirán estos nuevos requisitos para ser obtenidos.

¿Choca la normativa del nuevo carnet de conducir B+ con los objetivos medioambientales?

Esta es otra de las cuestiones que se esgrimen desde las asociaciones que se oponen frontalmente a la división del actual carnet B. La mayoría de los coches eléctricos, por la batería que incorporan, superan ese peso máximo en el que se ha divido el carnet de conducir en esta propuesta de directiva. Eso supone que particulares y empresas tendrán que asumir un coste de tiempo, así como económico, para seguir utilizando esos vehículos.

Considerando que la adopción del eléctrico va lenta, y que las emisiones son una prioridad, no parece muy razonable ponerle más trabas. Y esta es la conclusión a la que llegan las principales críticas vertidas al carnet B+ desde la perspectiva medioambiental.

Por el momento, se están debatiendo todas las cuestiones en una revisión de la directiva, que si se tienen en cuenta, probablemente reduzcan los actuales requisitos, o incluso se consiga el objetivo de los más críticos de mantener el actual permiso de conducir B como lo conocemos.

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